¡bienvenido, caminante, a este portal virtual y literario...!
dobro došao, putniče, na ovaj virtualni i književni portal!
welcome, walker, and enjoy this literary and digital portal!

viernes, 14 de marzo de 2008

"Réquiem por un preso de la Inquisición"

Cuento

Sólo al tercer día de estar preso, el licenciado Blas Abreu de Pinto pudo ver las cosas que ocurrían a su alrededor. El carcelero lo conducía por la estrecha escalera, y lo llevó al umbroso despacho de los señores inquisidores.
...

"Los últimos pasos del poeta Raúl Gómez Jattin"

Prólogo:

“Cuando murió, el 22 de mayo de 1997, la virtudes de Raúl Gómez Jattin comenzaron a correr en la Escuela de Bellas Artes y Música de Cartagena de Indias: genio, extraordinario poeta, dominaba cinco idiomas: inglés, francés, español, latín y griego… alguien intentó convencerme de lo contrario… agresivo, drogadicto, homosexual”.

Contenido:

Primera impresión.
Droga, mal de cada día.
En el alma del poeta.
Brotes episódico.
“Maestro, me están secuestrando”.
El parque de Raúl.
Sentimientos de gratitud.
“Estoy enamorado, Mara”.
Concierto navideño.
En la muerte.
Epílogo


En el alma del poeta

… al tiempo que el poeta quería regalar varias copias de Los poetas, amor mío… a sus amigos, a quienes les pedía, sin embargo, veinte mil pesos por la copia, nos sentamos en el computador para transcribirlo de nuevo, pues el archivo se había perdido en el mismo. Durante el dictado surgió una entrañaba relación amistosa entre nosotros que me permitió percibir la respiración de su alma. Le había preguntado si quería hacerle algunas correcciones o cambios de estilo a la copia que teníamos en mano, porque advertí en algunos de los poemas ciertos errores ortográficos y una mala presentación, pero él me respondió que no, que lo íbamos a pasar igual como se lo habían transcrito en la Escuela de Bellas Artes y Música de Cartagena de Indias.
“¿Cómo quieres el título?”
No me entendía. Lo ayudé:
“En letra grande y en negrita. Bonito y centrado entre los márgenes laterales de la hoja”, y él abrió más los ojos al monitor, hacia aquel profundo azul del programa WordPerfect 6.0 que apenas empezaba a revolucionar la producción de textos por computador.
Me preguntó:
“¿Y el computador hace todas esas cosas?”
Le respondí que sí, pero me apuró diciéndome que lo hiciera con el tipo de letra como yo quisiera, pero me interrumpió, y me dijo que mejor lo dejara con la misma letra con que ya estaba escrita, Roman 10 cpi, la misma que empleaba la impresora matriz de punto. Luego lo detuve:
“Y el título, Los poetas, amor mío…, ¿lo encerramos entre comillas?”
Él dudó por un rato, como recordando no sé qué reglas de ortografía. Me puso la mano en el hombro y me respondió: “No, sin comillas”.
Centré el cursor y en negrilla titulé el poemario, Los poetas, amor mío…, y pasé a transcribir el primer poema. Pero me detuvo:
“Debajo del título, a la derecha, ponme estas palabras entre paréntesis: Hacemos con lo imposible de la vida una belleza posible”, y me lo repitió varias veces, con voz in crescendo.
Ya para comenzar, entonces comenzaron a surgir una serie de preguntas sobre su existencia: ¿Quién es él? ¿Qué de su locura? ¿De dónde viene? ¿Adónde va?

Yo broté de un muchacho atormentado y febril
que soñaba diurnos sueños de ser quien no era.

Sin proponérselo, respondía a una de mis maliciosas preguntas. Me lo dijo con voz reposada, melancólica. El título de esa primera página de Los poetas, amor mío…, fue “Aparición y crimen”, que de inmediato lo asocié al mundo en que él vivía, con una escena en el que aparecían, junto al cadáver, un delincuente, una prostituta, un expendedor de droga, quién sabe quién más, en un andén de la calle de la Media Luna, mientras los concurrentes eran acusados por las preguntas de la policía y la fiscalía y barridos por las luces de las patrullas. Pero no era así, era otro diferente, el que había cometido quién cuándo, no sé si desde su infancia, no sé si desde sus primeras fiebres de poesía, no sé desde sus primeros síntomas de locura, pero que irrumpía en mí con este poema:

Durante muchos años intenté construir un poema y no pude
me confundí con sus pensamientos y él enloqueció
y dentro de esa borrasca que desquicio su vida
fue apareciendo —purificado y lúcido— el poeta que soy
en la memoria hilé palabras que crearon sentido
y la locura cedió paso a paso —palabra a palabra—

poema a poema

¿Habría leído mis pensamientos? …